viernes, 29 de marzo de 2024 00:02h.

Siete curiosidades de ‘Experimento con un pájaro en una bomba de aire’, de Joseph Wright

1 - Lo pintó en 1768 y su temática es extraordinariamente original.

Lo habitual hasta el momento habían sido retratos, escenas históricas o de la mitología, además de pasajes de la Biblia, pero aquí Wright expresó un tema científico. De hecho, se considera un cuadro que inició nuevas vías en el mundo del arte.

2 – Refleja la llamada “era de la razón”.

En él podemos ver el interés científico de mediados del siglo XVIII. Así, observamos a una serie de personas que asiste a un experimento con un pájaro para explicar la importancia del oxígeno para la vida. Algo que hoy resulta obvio, pero no entonces. Fue en la década de 1770 cuando se descubrió científicamente el oxígeno.

Autorretrato de Joseph Wright (c. 1780)

3 – Igualmente, vemos un detalle histórico: el hecho de que los científicos visitaran casas pudientes para realizar espectáculos.

Es más, el científico aparece aquí como un mago moderno de cabellos sueltos y larga túnica. El sentido del espectáculo queda aún más patente por la válvula que sostiene en la mano, como si estuviera preguntando a los presentes si debe dejar vivir al pájaro o no.

4 – Una de sus grandes bazas es el efecto de claroscuro que se provoca con la luz.

Esta, por cierto, emana de la vela que hay detrás del frasco de cristal, provocando un llamativo contraste.

5 – Merece la pena observar las expresiones de los rostros.

Así, además del científico, destacan las dos mujeres de la derecha: se nota que sufren por el ave. Seguramente sean hermanas y quienes les consuela sea el padre. Igual destaca el pensador que hay sentado a la derecha y el chico que hay a su lado, de pie. Este parece durar si debe bajar la jaula del pájaro o no.

Además, a la izquierda tenemos dos enamorados, curiosamente ajenos a todo. En cambio, muestran gran interés el hombre y el muchacho que hay sentados.

Uno de los bocetos previos realizados por Wright

6 – La obra tiene también un significado filosófico.

Precisamente, por la actitud del pensador mencionado en el punto anterior, que viene a decir algo así como: “¿los seres humanos utilizarán la ciencia para el bien o para el mal?”. Por eso este cuadro puede abrir numerosos debates en torno a estos temas.

7 – Se conserva en la National Gallery, de Londres, y es uno de sus cuadros más destacados.

Originalmente lo tuvo el doctor Benjamin Bates y luego a la familia Tyrell, que en 1863 lo donó al famoso museo británico.