lunes, 02 de diciembre de 2024 00:02h.

Siete poemas de Charles Bukowski

Charles Bukowski
Charles Bukowski

(Andernach, Alemania, 16 de agosto de 1920 – San Pedro, Los Ángeles, 9 de marzo de 1994)

Su auténtico nombre era Heinrich Karl Bukowski y nació en Alemania, la tierra de su madre. Siendo muy niño su familia se trasladó a Baltimore, en Estados Unidos, donde empezaron a llamarle “Henry”. Tras graduarse en el Instituto de Secundaria de Los Ángeles cursó estudios de arte, periodismo y literatura en la Universidad de esta misma ciudad. Sin embargo, no llegó a completarlos. En parte, por la difícil relación que siempre sostuvo con su padre,

Con 24 años logró publicar un relato corto en la revista Story Magazine; sin embargo, pronto se desilusionó con el funcionamiento del mundo literario y dejó de escribir. Durante ese tiempo recorrió los Estados Unidos, en pensiones baratas y trabajando en cuanto encontraba. Solo se estabilizó a primeros de la década de 1950, cuando encontró trabajo como cartero en Los Ángeles.

En 1955 lo sufrió una grave úlcera que le llevó al hospital. Fue entonces cuando comenzó a escribir poesía y conoció a la escritora Barbara Frye, con quien se casaría en 1957. Su matrimonio solo duró dos años.  

En 1960 publicó su primera obra de poesía, Flower, Fist, and Bestial Wail; a la que siguieron It Catches My Heart in Its Hands (1963), Crucifix in a Deathhand (1965), At Terror Street and Agony Way (1968), Poems Written Before Jumping Out o fan 8 story Window (1968) y A Bukowski Sampler (1969). Además, público varios libros de cuentos.

Sin embargo, estas obras no le dieron apenas ganancias, de modo que se vio obligado a continuar con su trabajo en correos. Solo en 1969, cuando el editor John Martin, de Black Sparrow Press, decidió contratarlo y darle una paga de cien dólares mensuales, pasó a dedicarse por entero a la escritura. Como él mismo explicó en una carta: “tengo dos opciones, permanecer en la oficina de correos y volverme loco… o quedarme fuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morir de hambre”.

Enseguida completó su primera novela, Cartero, que ya desde su publicación en 1971 despertó el interés de una parte del público y la crítica. Luego llegaron Factótum (1975), Mujeres (1978) y La senda del perdedor (1982), con las que obtuvo el reconocimiento y se convirtió en uno de los principales representantes del llamado “realismo sucio”. Además, siguió publicando poesía, con títulos como Los días corren como caballos salvajes por las montañas (1969), Ruiseñor, deséame suerte (1972), El amor es un perro del infierno (1977) o Guerra sin cesar (1984). Igualmente fue entonces cuando a Linda Lee Beighle, con quien se casó en 1985.

Conforme fue pasado el tiempo, Bukowski fue convirtiéndose en una reconocida figura de las letras estadounidenses, así como una de las más influyentes y leídas en todo el mundo. Cuando falleció, a los 73 años, acababa de publicar su novela Pulp.

ASÍ QUE QUIERES SER ESCRITOR

Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.

LANZAR LOS DADOS

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
De otra forma ni siquiera comiences.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
Esto puede significar perder novias,
esposas,
parientes,
trabajos y,
quizá tu cordura.

Ve hasta el final.
Esto puede significar no comer por 3 o 4 días.
Esto puede significar congelarse en el banco de un parque.
Esto puede significar la cárcel.
Esto puede significar burlas, escarnios, soledad…
La soledad es un regalo.
Los demás son una prueba de tu insistencia, o
de cuánto quieres realmente hacerlo.
Y lo harás,
a pesar del rechazo y de las desventajas,
y será mejor que cualquier cosa que hayas imaginado.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
No hay otro sentimiento como ese.
Estarás a solas con los dioses
y las noches se encenderán con fuego.

Hazlo, hazlo, hazlo.
Hazlo.
Hasta el final,
hasta el final.

Llevarás la vida directo a la perfecta carcajada.
Es la única buena lucha que hay.

MIS GATOS

lo se. lo se.
ellos son limitados, tienen distintas
necesidades y
preocupaciones.

pero yo los miro y aprendo de ellos.
me gusta lo poco que saben,
que es
tanto.

ellos se quejan pero jamás
se inquietan.
ellos caminan con asombrosa dignidad.
ellos duermen con una determinada simpleza que
los humanos sencillamente no pueden
comprender.

sus ojos son más
hermosos que nuestros ojos.
y pueden dormir 20 horas
al día
sin
vueltas ni
remordimientos.

cuando me siento
mal
todo lo que tengo que hacer es
mirar a mis gatos
y mi
coraje
regresa.

estudio a estas
criaturas.

ellos son mis
maestros.

¡OH, SÍ!

Hay cosas peores que
estar solo
pero a menudo toma décadas
darse cuenta de ello
y más a menudo
cuando esto ocurre
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que
un demasiado tarde.

PÁJARO AZUL

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

SOY UN FRACASO

le puse el seguro a la puerta del auto
y al levantar la mirada vi a este tipo
caminando hacia mí
se parecía a Peter mi viejo amigo
pero no era Peter
era un hombre demacrado
en jeans y camisa azul de trabajo
y me dijo:
“oye, mi esposa y yo
necesitamos algo para comer,
morimos de hambre”
Miré detrás de él
y ahí estaba
su mujer
que me miró con ojos a punto
de lágrima.
Le di un billete de cinco.
“¡Te amo, hombre!”, gritó,
“No me lo gastaré en bebida”.
“¿Por qué no?”, le contesté,
“Es lo que yo haría…”

Me alejé para entrar a un edificio
arreglé unos cuantos asuntos
salí
regresé al auto
como siempre
pensando
si hice lo correcto
o si fui víctima de un engaño.

mientras conducía
recordé mis años
de miseria
hambriento más allá de cualquier arreglo
nunca pedí a nadie
un centavo.

esa noche, después de unos tragos,
le expliqué a la mujer con la que vivía
lo mucho que daba dinero a vagabundos
pero que yo
en los tiempos más obscuros
de hambre en mi vida
me negué a pedir nada a nadie.

“lo que pasa es que ni para eso
servías”, dijo ella.

TODOS JUGADORES

A veces te levantas de la cama por la mañana y piensas,
“no voy a lograrlo”, pero te ríes por dentro
recordando todas las veces que te has sentido así,
y vas al baño, te arreglas, ves eso frente
al espejo, oh, oh, oh, pero te peinas de todos modos,
te pones tu ropa de calle, alimentas a los gatos. Traes el
periódico del horror, lo colocas en la mesa de café, le das un beso de
despedida a tu esposa, y luego haces retroceder el automóvil hacia la vida misma,
como millones de otros, entras en la arena una vez más.

ahora estás en la autopista atravesando el tráfico,
moviéndote hacia algo y hacia nada en absoluto mientras golpeas
La radio encendida y escuchas a Mozart, que es algo, y de alguna manera
atraviesas los días lentos y los días de trabajo y los
días aburridos y los días odiosos y los días raros, todo tan encantador
y tan decepcionante porque
todos somos tan parecidos y tan diferentes.

encuentras el desvío, conduces por la parte más peligrosa
de la ciudad, te sientes momentáneamente de maravilla mientras Mozart se abre
paso en tu cerebro y se desliza por tus huesos y
sale a través de tus zapatos.

Ha sido una dura lucha que vale la pena pelear
mientras todos avanzamos
apostando a otro día.