jueves, 28 de marzo de 2024 09:38h.

Los diez días de octubre de 1582 que no existieron

En 1582 el papa Gregorio XIII decidió, a partir de distintos estudios dados por la Universidad de Salamanca, pasar del calendario juliano al gregoriano para corregir un defecto en la medición de los años. Entre las consecuencias de esta acción estuvo la de que diez días de octubre de ese año fueran totalmente borrados.

Gregorio XIII, por Lavinia Fontana (Fuente: wikimedia)
Gregorio XIII, por Lavinia Fontana (Fuente: wikimedia)

Aunque acostumbramos a celebrar las efemérides, estas resultan muchas veces inexactas. ¿La causa? Aplicamos el calendario actual cuando, con anterioridad a 1582, funcionó en occidente el calendario juliano, instaurado por Julio César en el 46 antes de Cristo.    

¿El problema? Este había establecido, a partir de los cálculos de los egipcios, la duración del año en 364,25 días, cifra que, como se descubrió siglos después, resultaba inexacta, pues en realidad estaba en 365,2422. Este detalle, que parecía menor, implicaba un desfase de 11 minutos y 14 segundos por año, lo cual, debido al tiempo transcurrido desde su implantación, había implicado un grave salto que iba acumulándose siglo tras siglo. Algo muy preocupante para las autoridades de la Iglesia, conscientes de que iban a realizar sus ritos en las fechas equivocadas. Por ejemplo, en la Biblia se especificaba que Jesús murió en el mes judío de nisán (primavera) y, de seguir con el calendario juliano, se iba a acabar conmemorando esto en verano, contraviniendo las escrituras y su sentido.

Fue la Universidad de Salamanca (España) la que en 1515 evidenció con sus cálculos todos estos errores, si bien sus conclusiones no se tuvieron en cuenta hasta que un nuevo estudio realizado en 1578 llegó al papa Gregorio XIII. A partir de entonces, preocupado por las consecuencias, este decidió instaurar en 1582 con la Bula Inter Gravissimas el calendario que lleva su nombre.  


La Bula Inter Gravissimas (1582)

Sin embargo todo se hizo con una peculiaridad, pues para ajustar las fechas se suprimieron diez días. De modo que del 4 de octubre se pasó directamente al 15. De allí que, oficialmente, se diga que estos días nunca existieron.  

Al principio, por supuesto, dicho cambio solo se aplicó en los países católicos. Los anglicanos y protestantes prefirieron mantener el juliano un tiempo, y de hecho hoy hay muchos lugares que no lo aceptan. No solo los estados musulmanes, India o China, también quienes profesan la religión judía y las iglesias ortodoxas. Ahora bien, los desfases entre unos y otros se evitan porque esto solo lo aplican al ámbito religioso, aceptando, en lo civil, lo establecido por el gregoriano.

Por tanto, a la hora de hablar del pasado debe tenerse en cuenta el calendario que se aplicaba en cada lugar, también cuando se tratan tiempos más recientes. Así sucede, por ejemplo, con la famosa revolución de octubre de 1917, la cual tuvo lugar, de acuerdo a nuestro calendario, en noviembre. Por no mencionar un error clásico: considerar que Cervantes y Shakespeare fallecieron con pocas horas de diferencia cuando, en realidad, fueron varios días. Todo porque Inglaterra y España contaban, como hemos dicho, con distintos calendarios.