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Siete poemas de Mario Benedetti

(Paso de los Toros, Tacuarembó, 14 de septiembre de 1920 – Montevideo, Uruguay, 17 de mayo de 2009)

En sus 88 años de vida Mario Benedetti publicó más de cuarenta libros de poesía, alrededor de veinte ensayos, siete novelas, varios libros de cuentos, una obra de teatro y  además de numerosos trabajos periodísticos y de crítica literaria e incluso cinematográfica. Por eso es imposible sintetizar su producción en unas pocas líneas, más aún porque es uno de esos escritores que no se limitaron a ofrecer unos pocos títulos brillantes, sino que, por el contrario, estuvieron siempre a un alto nivel creativo.

Nació en Paso de los Toros, en donde residió hasta que cuando tenía tres años la familia se trasladó a Tacuarembó. Sin embargo, aquí su padre fue víctima de una estafa por lo que, tras unos meses, se trasladaron a Montevideo. Inició sus estudios primarios en 1928 en el Colegio Alemán de Montevideo y luego acudió al Liceo Miranda, en donde continuó formándose hasta que por los problemas económicos de la familia se vio en la necesidad de abandonar el centro y estudiar por libre. Desde los catorce años, además, tuvo que trabajar en una serie de oficios muy dispares: en una empresa de repuestos para automóviles, en una inmobiliaria, como recadero, como taquígrafo y como funcionario público. Fue por aquel entonces cuando conoció a Luz López Alegre, con la que se casó en 1946 y con la que estuvo hasta que ella falleció en 2006.

Su interés por la literatura, pese a las dificultades y obligaciones laborales, fue precoz. Ya en 1944, con 24 años, publicó su libro de ensayos Peripecia y novelas y se puso al frente de la revista literaria Marginalia, iniciando desde entonces un recorrido muy activo por distintas publicaciones culturales. En 1945, por ejemplo, se sumó al equipo de redacción de Marcha (allí estuvo hasta que el título fue clausurado por el gobierno de Juan María Bordaberry), en donde ejerció durante algún tiempo como director literario; y en 1950 se sumó al consejo de redacción de la importante revista Número, labor que compaginó con sus colaboraciones en otras publicaciones como crítico de teatro y cine. En 1950, además, ganó el Premio del Ministerio de Instrucción Pública por su compilación de cuentos Esta mañana (premio que ganaría en repetidas ocasiones con sus libros posteriores). Igualmente, con la carrera de escritor ya consagrada, formó parte del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República, de Uruguay.

Benedetti fue además un hombre que siempre demostró un enorme interés por los problemas sociales de su país, y por eso pronto se  introdujo en el ámbito político. Ya en los años 50 participó en el movimiento contrario al tratado Militar con los Estados Unidos, y tras ello se le pudo ver apoyando a distintos movimientos de izquierda. Además, en 1971 participó en la fundación del Movimiento de Independientes 26 de marzo, que luego se uniría a la coalición del Frente Amplio (de su experiencia en este grupo dejó los libros Crónicas del 71 y Terremoto y después). Su incursión en el mundo de la política, sin embargo, se frustró con el golpe de Estado que en 1973 arrojó a Uruguay a una dictadura.  

Tras esto Benedetti emprendió el camino del exilio. Primero estuvo en Argentina y posteriormente en Perú, hasta que en 1975 (un año antes había parecido su excelente poemario Poemas de otros) se instaló en Cuba. Fruto de su estancia en la isla serían los libros Con y sin nostalgia (1977), Pedro y el Capitán (1979) y Cotidianas (1979); además de otro excelente poemario, La casa y el ladrillo (1977). Luego, en 1980 se trasladó a España, en donde empezó a escribir para el diario El País. Aquí fue donde publicó la que es una de sus novelas más excelentes: Primavera con una esquina rota (1982), por la que recibiría varios premios, entre ellos, el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional.

En 1985, con el fin de la dictadura militar, regresó a Uruguay, desde donde ahondaría en el tema de su autodenominado “desexilio” y participaría políticamente para pedir responsabilidades por los crímenes cometidos por la dictadura. A partir de enntonces, publicó novelas como La borra del café (1992) y numerosos libros de poesía y ensayo; y recibió numerosos galardones y reconocimientos. Entre ellos, la Medalla Haydée Santamaría por el Consejo de Estado de Cuba (1989), el Premio Morosoli de Plata de Literatura (1996), la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral (1996), el título de doctor honoris causa por la Universidad de Alicante (1997), el Premio León Felipe (1997), el VIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1999) o el XIX Premio Internacional Menéndez Pelayo (2005).

En sus últimos diez años de vida padeció asma, así que, por motivos de salud, alternó su residencia en España con la de Uruguay. El 17 de mayo de 2009 fallecería en su casa de Montevideo.

La poesía de Benedetti, puede asociarse a un realismo crítico o social, pero no por ello limita su visión estética. Esto es: su posición crítica no le evita el uso de un lenguaje cuidado. Algo que, como señala Lola Irún hace que “la realidad quede supeditada a la técnica de la imaginación y a la propuesta artística”. Su mirada, pues redescubre la vida cotidiana (al igual que hizo Antonio Machado, a quien tanto admiró Benedetti); algo que consigue empleando un lenguaje directo, a veces coloquial, que combina expresiones y conceptos de varios países, metáforas vitales y neologismos. Además, su poesía suele ofrecer un gran sentido del humor. Por todo ello, fue uno de los grandes renovadores latinoamericanos de la lengua poética.

Sin embargo, más allá de las cuestiones técnicas, la importante es lo siguiente: que la poesía de Benedetti llega al lector de  una forma que muy pocas otras pueden igualar. Por esa técnica sutil con que te atrapa, por ese humor, por esos temas con que te identificas y por toda la belleza que transmite. 

DEFENSA DE LA ALEGRÍA

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

POR SIEMPRE

Si la esmeralda se opacara,
si el oro perdiera su color,
entonces, se acabaría
nuestro amor.

Si el sol no calentara,
si la luna no existiera,
entonces, no tendría
sentido vivir en esta tierra
como tampoco tendría sentido
vivir sin mi vida,
la mujer de mis sueños,
la que me da la alegría...

Si el mundo no girara
o el tiempo no existiese,
entonces, jamás moriría
Jamás morirías
tampoco nuestro amor...
pero el tiempo no es necesario
nuestro amor es eterno
no necesitamos del sol
de la luna o los astros
para seguir amándonos...

Si la vida fuera otra
y la muerte llegase
entonces, te amaría
hoy, mañana...
por siempre...
todavía.

CORAZÓN CORAZA

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

HAGAMOS UN TRATO

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted

es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saberayer
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

AYER

Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente

ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente

ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.

NOSTALGIA

¿De qué se nutre la nostalgia?
Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida la única
nostalgia es de tu piel.

POR QUÉ CANTAMOS

Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil

usted preguntará por qué cantamos

si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza

usted preguntará por qué cantamos

si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro

usted preguntará por que cantamos

cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino

cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos

cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota

cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta

cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.