Desde que en 1939 Billie Holiday cantó “Strange Fruit” por primera vez, estuvo ligada a esta canción. En aquella ocasión el público enmudeció: jamás nadie se había atrevido a incluir una letra tan terrible y explícita. Jamás nadie había escuchado una condena al racismo así. Durante muchos años, le fue difícil cantarla. Porque lo que narraba era demasiado real. Hoy recordamos la historia de esta sobrecogedora composición, considerada por la revista Time en 1999 como “la canción del siglo”.
Matar a un ruiseñor es uno de los grandes clásicos de la historia de la literatura. Una obra que durante los años sesenta ayudó a forjar el ideario en pro de los derechos civiles de la población negra. Merece la pena recordar a su autora ahora que se cumple el aniversario de su nacimiento.