jueves, 25 de abril de 2024 00:04h.

Ignacio Merino, el pintor peruano que inspiró a Julio Verne en sus inicios como novelista

El peruano Ignacio Merino (1817-1876), considerado el fundador de la escuela de pintura de su país, tiene en su haber grandes cuadros históricos y costumbristas. Sin embargo, hay un detalle menos conocido: sus obras sirvieron de inspiración para una de las primeras novelas de Julio Verne, Martín Paz, publicada en 1852 con ilustraciones del propio pintor y basada en la Lima de la primera mitad del XIX.  
Ignacio Merino
Ignacio Merino

A Julio Verne no le gustaba mucho viajar. El escritor, pese a incluir en sus libros lugares muy alejados de su Francia natal, nunca fue muy dado a salir de su país. Por eso para inspirar sus aventuras leía otras narraciones, buscaba testimonios y se fijaba en los cuadros de los lugares que recreaba.

Cuando tenía poco más de veinte años quiso dedicar una historia a un país que le resultaba tan exótico como romántico: el Perú de principios del siglo XIX. Y encontró el modo de recrearlo en los cuadros del artista Ignacio Merino, un autor nacido en Piura (Perú), pero trasladado a los diez años a París, que con el paso del tiempo se había convertido en uno de los más prometedores pintores de la capital. Había desarrollado una especial habilidad para los temas históricos, pero Verne se fijó, principalmente, en las ilustraciones y cuadros que había dedicado a las costumbres limeñas.

A partir de todo ello urdió la trama de la que fue su segunda novela, Martín Paz, ubicada en el gobierno de Agustín Gamarra (que en el libro aparece como “Gambarra”). Todo, mientras narra la historia de amor entre el joven indio Martín Paz, descendiente de Manco Cápac, y una dama española llamada Sara, que viven una relación imposible marcada por las revueltas indígenas.

El libro apareció en 1852, y aunque no gozó del éxito de los títulos clásicos de Verne –entonces era un total desconocido-, sí permitió que tanto el autor francés como Merino demostraran sus talentos. Y es que se publicó junto a las ilustraciones del peruano –en aquel momento, alumno de Eugène Delacroix-, añadiendo además, la revista encargada de la edición una breve reseña biográfica suya.

A Merino la esperaban en el futuro nuevos encargos, premios y éxitos. A Verne, la fama absoluta. Actualmente ambos están entre los artistas más queridos y respetados de sus países.

Incluimos, a continuación, algunos de los cuadros del autor inspirados en el ámbito limeño. 

Ignacio Merino. “La Jarana”. Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú

Ignacio Merino. Frutera (1850). Colección particular, Lima

Ignacio Merino. Saya ajustada (ca. 1840-1841). Museo de Arte de Lima​

Ignacio Merino. Copla criolla​

Ignacio Merino. Tapada con negrita (1846). Colección particular, Lima