lunes, 02 de diciembre de 2024 00:03h.

Un millonario destruye un dibujo de Frida Kahlo para convertirlo en NFT

Las autoridades mexicanas investigan la quema del dibujo Fantasmones siniestros, de Frida Kahlo, en el transcurso de un acto público organizado por el millonario Martin Mobarak. El objetivo del empresario es incrementar el valor de las copias digitales del cuadro.

México investiga al empresario Martin Mobarak por haber quemado presuntamente el pasado 30 de julio el dibujo Fantasmones siniestros (1944) de Frida Kahlo, el cual tenía en propiedad desde que en 2015 lo comprara a la galería de Mary-Anne Martin en Nueva York. Mobarak lo destruyó en el transcurso de un acto que contó con invitados de lujo, música, mujeres modelando e imágenes de la artista mexicana, como puede verse en un vídeo que él mismo distribuyó a los medios.

En dicha grabación se observa como Mobarak toma el micrófono y dice ante un grupo de personas que se congregan en torno a una piscina: “Tendremos un gran evento, vamos a desvelar un NFT basado en el trabajo de la famosa pintora Frida Kahlo”. Luego, añade: “Lo que haremos esta noche cambiará la vida de miles de niños y espero que todos los que están aquí puedan entenderlo. Espero que todos puedan ver el lado positivo y el legado que esto será”. A continuación varios guardias le entregan el dibujo, que el empresario muestra al público, antes de ubicarlo en una copa. Lo último que se ve es el cuadro ardiendo mientras de fondo se escuchan aplausos y música tocada por mariachis.


Fantasmones siniestros, de Frida Kahlo

El objetivo con esta acción es, según Mobarak, incrementar los beneficios que podía darle el cuadro y donar una parte de los mismos a causas humanitarias. Todo, porque espera vender como criptoarte las diez mil copias digitales que previamente hizo del dibujo. De este modo espera ganar unos 40 millones de dólares –esto es, cuatro veces el valor original del dibujo- y “transformar y revolucionar el arte digital, así como la caridad y el mundo de la salud”.  

El gran problema de esta acción, además de las implicaciones morales que tiene la destrucción de una obra de arte –más aún si el objetivo es aumentar el valor de sus copias virtuales-, es que el empresario ha incurrido en un delito contra el patrimonio, pues toda la obra de la artista está considerada por decreto un monumento artístico de México. Como recuerda el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, “la destrucción deliberada de un monumento artístico constituye un delito en términos de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos”.

La acción abre también debates en torno a la importancia que han adquirido los llamados NFT (“Non Fungible Token”, esto es, “activo no fungible”) en el mercado virtual. Sin embargo, como muchos recuerdan, este tipo de negocios puede acarrear graves pérdidas para quienes entran en él. De hecho, hay numerosos ejemplos en el último año de personas que adquirieron dicho material virtual por una alta cantidad de dinero para luego comprobar que el valor de su compra decrecía hasta quedar a un precio muy por debajo del pagado.