jueves, 25 de abril de 2024 00:03h.

Fallece la escritora Almudena Grandes, a los 61 años

Ha sido una de las más conocidas y relevantes figuras de la literatura española de las últimas décadas, además de una de sus autoras más prolíficas. Hoy ha muerto, en Madrid, a los 61 años.
Almudena Grandes
Almudena Grandes

Hace poco más de un mes anunció en su columna habitual de El País que estaba enferma, y aunque allí se mostraba fuerte y firme, sus palabras despertaron las alarmas de sus seguidores, que conocían su forma de ser. Hoy, muy poco después, ha fallecido en su casa a los 61 años.

Nació en Madrid un 7 de mayo de 1960 y estaba licenciada en Geografía e Historia. En sus inicios escribió textos para enciclopedias, hasta que en 1989, tras dejar algunos relatos breves, le llegó su gran oportunidad con su primera novela Las edades de Lulú, que le llevó a la fama y sorprendió a crítica y público tanto por su temática erótica, con esos personajes movidos y golpeados por el deseo, como por la calidad narrativa que comenzaba a mostrar.

Luego llegó Te llamaré Viernes (1991), en donde ofreció una historia de desconsuelo y amor en donde se vieron muchos de los rasgos posteriores de su obra, si bien, fue Malena es un nombre de tango (1994) el texto que demostró todo lo que podría ofrecer como escritora. Por la profundidad psicológica de sus personajes, por las tramas que lograban impactar con el lector y por ese realismo que emanaba de cada una de sus páginas. Luego llegaron Atlas de geografía humana (1998), Los aires difíciles (2002),  Castillos de cartón (2004), o la fundamental El corazón helado (2007), en donde corroboró la influencia que autores como Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós habían tenido en ella.

De inspiración galdosiana fue precisamente su último y más aplaudido proyecto, esos “Episodios de una guerra interminable” con los que se propuso retratar la España que había perdido la guerra civil. Un análisis social y político del periodo en donde a base de pequeñas historias se ofrecía un panorama del país mucho más amplio. De hecho, sus novelas fueron uno de esos raros casos en que novelista e historiador lograr unirse para crear algo que funciona en ambos sentidos. De esta saga es, de hecho, su última novela, La madre de Frankenstein (2020), que se llevó elogiosas críticas y demostró que estaba viviendo como escritora un espléndido estado de forma.

Ganó numerosos premios, entre ellos, El Premio Nacional de Narrativa (2019), el Premio de Periodismo Internacional 2020 del Club Internacional de Prensa o el Premio fundación José Manuel Lara. Además, sus novelas se adaptaron al cine, bajo la mirada de directores como Bigas Luna, Gerardo Herrero, Azucena Rodríguez o Salvador García Ruiz.

Fue también muy activa políticamente, y siempre mostró su fidelidad tanto al compromiso narrativo de su obra como al ideológico, despertando por ello algunas polémicas. En ese sentido no se traicionó, como tampoco traicionó a sus lectores, con los que siempre se mostró accesible. Ellos le llorarán, como lo hará su esposo, el poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y los muchos amigos que, por su personalidad, logró labrarse en el mundo de las artes.